
Ay… Los atardeceres de boda en Casa Santonja… ¡Qué maravilla son!
En este ambiente tan mediterráneo empapado de verde por todos lados (hasta en su fachada) donde se oyen los pájaros cantar, las ranas croar cuando cae el sol y los invitados bailan y ríen es donde citaron Olivia y Maxim a su gente para celebrar su enlace. Algo de razón debemos tener cuando hablamos de lo especial que es para que trajesen a todos ellos desde Canadá, a más de 7.000kms en el caso de Maxim y desde París, a más de 1.000kms, en el caso de Olivia.
Como hasta el momento sólo habíamos hablado con ellos por e-mail quisimos acercarnos a conocerles unos días antes de la boda, aprovechando que habían venido a pasar unos días de vacaciones y a finiquitar todos los preparativos, y que nos enseñaran en la masía qué cosas tenían pensadas para su gran día.
Más allá de que todo lo que nos decían sonaba genial lo que más nos gustó fue la complicidad que tienen entre ellos, la simpatía que desprenden y las ganas que tenían de celebrar su amor de manera íntima, con poca gente, y que todo fluyese de la manera más natural posible. La famosa amabilidad canadiense representada en Maxim tampoco pasó desapercibida. Por si no lo sabéis los canadienses son conocidos, entre otras cosas, por lo amables que son. Oli, que los conoce mucho más pues estuvo viviendo allí un tiempo -que es donde conoció a Max- nos lo confirmó. ¡Qué majos que son!
Y finalmente llegó el esperado día. Empezamos fotografiando a Max mientras se preparaba en la casa de un familiar en Jávea, pero antes de eso él y sus amigos estuvieron dándose un baño en la piscina, ¡y saltando desde una viga de la casa! No preocuparse, el novio llegó de una pieza y estupendo a la ceremonia. Oli no hizo semejante locura, sin embargo acabó igual de guapa.
Cristina, de Merakiplan, con una facilidad enorme para los idiomas, dio una ceremonia que seguro que fue fantástica. Y decimos seguro porque no hablamos en francés, aunque a los invitados se les veía muy concentrados por lo que seguro que fue una gozada. Y para gozada la complicidad de Oli y Max, las miradas que se dedicaban son de amor enorme.
Y pese a que sólo hemos comenzado a relatar el día, el resto es fotografía e historia. Historia de amor de una tarde de verano, de una boda en casa Santonja, de una pareja que se conoció a miles de kms, de un día rodeado de cariño amigo y familiar reunidos con el mediterráneo de escenario, de música flamenca sonando de fondo, de toda una decoración preciosa, de una masía mágica y de un ambiente increíble.
El resto es para ti, para que disfrutes de esta boda tanto como nosotros disfrutamos fotografiándola.
Vestido de novia: Grace loves lace
Traje de novio: Vestibus Club
Maquillaje: Raquel Castillo
Ceremoniante: Merakiplan
Masía: Casa Santonja
Floristería: Flores la Tartana
Catering: Catering Cinco
Video: Anker Prod
Wedding planner: Algo nuevo prestado y azul
Música en directo: Navarro flamenco band
Fotografía: d’Althea